A lo largo
de nueve temporadas el European Poker Tour se ha ganado a pulso su lugar como
el circuito de torneos más prestigioso del viejo continente. Su fama cruzó
fronteras y, aunque en los primeros años la participación de jugadores de América
Latina fue casi nula, ahora las etapas de Barcelona (en curso), Deauville, Londres o Mónaco son citas obligadas para varios
profesionales de Sudámerica.
Los
jugadores latinos han sabido ganarse su lugar en un circuito dominado por el
estilo europeo. Tan es así que, durante buena parte de la octava temporada, un
chileno, Nick Yunis, estuvo en la cima de la clasificación para Jugador
del Año debido a su buen desempeño en los eventos paralelos de todo el circuito. Yunis peleó hasta el final por el título
y, cuando todo estuvo dicho, compartió el cuarto puesto del ranking con el
alemán Martin Finger.
Con cada
resultado en el EPT los países de América Latina han seguido construyendo su
historia en el poker. ¿Estás listo para conocer lo más importante?
Pasión por los High Rollers
Entre los
eventos High Roller y los jugadores latinos hay una relación de mucho
amor. Este tipo de torneos llegaron al calendario del EPT en el 2009 y, desde entonces, varios
latinoamericanos han alcanzado mesas finales. Uno de ellos, el Team PokerStars Pro, Nacho Barbero, logró el máximo galardón cuando en
el 2010 ganó el High Roller del EPT Londres, el premio en metálico más grande
de su carrera.
Los
resultados de Barbero hablan por sí mismos: es el jugador que más dinero ha
ganado en la historia del Latin American Poker Tour, circuito en el cual tiene dos
títulos consecutivos y un par de mesas finales. Por supuesto, es regular del EPT pero es de
la etapa deLondres de la que tiene mejor recuerdo: un
cheque de £556.000 por superar a 76 jugadores, entre ellos su compañera
de equipo Vanessa Selbst, Fabian Quoss y Andrew Robl, en la mesa final.
Leo Fernández |
Fernández, reconocido
en su país como uno de los mejores, ya tenía antecedentes en los High Rollers
(terminó quinto en el de Londres en 2009 por £104.000) y brilló con luz propia en el del
PCA, aunque tuvo que conformarse con la segunda posición al caer ante el
canadienseWilliam Molson. Aún así, su premio fue
de $554.925 y prometió que algún día obtendría la revancha. Ese mismo año, Leo también entró en cobros en el Main
Event del PCA.
Al año
siguiente, Leo no apareció en la mesa final del High Roller pero tomó
la estafeta quien está considerado el mejor jugador chileno (y de los mejores
del continente) de la actualidad: Nicolás “PKaiser” Fierro. Este evento, que tuvo 148
entradas, puso a Chile en el mapa por dos cosas: Nick Yunis, quien terminó como líder en fichas
el día uno, había ganado su asiento en un satélite y volvió a hacerlo cuando
quedó eliminado en el tercer nivel de la jornada. Parecía que la historia
estaba escrita para que Yunis se quedara con el trofeo, pero en su lugarFierro alcanzó la mesa final y quedó en
quinto lugar llevándose $217.560 dólares.
Ya
completamente instalada la moda High Roller, el EPT de
Barcelona de 2012 albergó dos torneos de este tipo: un Super High Roller de €50.000 y un High
Roller de €10.000. En ambos la sangre latina se hizo presente gracias a dos
mexicanos que se llevaron al país azteca una enorme recompensa por su gran
desempeño.
El primer
torneo del festival ese año fue el Super High Roller que reunió a 52 de los
mejores jugadores del mundo, uno por cada naipe de la baraja. Durante tres días
hubo poker de altísimo nivel en Barcelona hasta que se conformó la mesa final
en la que se encontraba Juan Carlos Alvarado, uno de los jugadores más
talentosos de México. Alvarado dejó atrás a Erik Seidel, Mike McDonald, Ilari Sahamies y Mike Watson y sólo sucumbió ante Dan Smith, quien se quedó con la primera posición.
Alvarado, por su
parte, ganó €788.675 por su segundo puesto pero la fiesta mexicana en
Barcelona todavía estaba lejos de terminar.
En el High
Roller fue Carlos Mora quien alcanzó la mesa final y se
embolsó €73.430. Por el camino dejó a jugadores como Bertrand “ElkY” Grospellier y Jonathan Duhamel mientras que fue superado por Tobias Reinkemeier y el eventual campeón, Laurent Polito.
El encanto del acento en el EPT
La etapa de Barcelona del European Poker Tour ha sido, desde siempre, la favorita
de los jugadores latinos. En el 2009, el de la sexta temporada, dos jugadores
entraron en cobros en el Main Event: Diego Sobrino de Argentina (puesto 71° - €12.000)
y Néstor Camacho de Venezuela (puesto 60° - €14.000).
En el 2010,
sin embargo, el show en Barcelona tuvo nombre y apellido y quedó grabado en la
memoria del circuito.
Julio Belluscio llegó directo de Argentina y trajo con él todas las características por las
cuales es un personaje único en las mesas de poker de su país. Cautivó con su
personalidad extrovertida, sus rulos rebeldes y su peculiar forma de ordenar
las fichas, no como torres sino como si fueran una serpiente multicolor. “Bartolo”, como le conocen en
Argentina, fue el protagonista indiscutible de una mesa televisada que
compartió con su compatriota Leo Fernández y Roberto Romanello, a quien se le vio divertido y asombrado durante toda
la partida.
En esa mesa
televisada, aunque la burbuja se acercaba, nadie lo pasó mal: el humor y los
straddles de Belluscio sirvieron para hacer un ambiente distendido del que
todos disfrutaron. Fue un espectáculo digno de ver.
A la postre,
tanto Leo como Julio entraron en premios aunque ambos se quedaron lejos de
la mesa final. Los latinos seguirían tocando las puertas de mesas finales en
Europa y se quedaron especialmente cerca en la etapa de Viena de ese mismo año cuando José
Severino de Panamá finalizó 11° cobrando €32.000. En ese mismo evento cobraron Fabrizio González de Uruguay (puesto 24° - €16.000), Ángel Guillén de México (puesto 52° - €9.500) y Nacho Barbero de Argentina (puesto 76° - €8.000).
El 2011 la
cita ineludible en el Atlantis Resort de Nassau trajo una alegría más para la
armada latina, cada vez más regular en los torneos importantes. En la mesa
final del Main Event, que tuvo un total de 1.560 jugadores, se plantaba Bolivar “Ramux” Palacios, uno de los panameños con mejores
resultados tanto en la escena online como en vivo.
Palacios desplegó la estrategia que le alcanzó para obtener el mejor resultado
económico de su carrera: $450.000 por un sexto puesto. El torneo sería ganado más
adelante por Galen Hall que se llevó nada menos que $2.3
millones de dólares.
Meses
después llegó la Gran Final del EPT que por primera cambiaba su sede.
Tradicionalmente celebrada en Mónaco, ese año el destino fue el elegante Casino Gran Madrid y hacia allí se desplazaron 686 participantes haciendo que la bolsa de
premios superara los 6.8 millones de euros.
Fueron seis
días intensos en los que cada jugador se ocupó de dar lo mejor de sí. Cuando
quedó conformada la mesa final el líder absoluto era un desconocido que sólo
tenía un ITM en el EPT de Copenhage: Iván “El Pagador” Freitez. Desde Venezuela, Iván encaraba a la historia con la
posibilidad de convertirse en el primer latino en llevarse un EPT y, además, el
más importante. Junto a él se encontraba también Alex Gomesde Brasil, quien terminaría en séptima posición.
Freitez dominó la mesa final y finiquitó el torneo cuando eliminó a su último
competidor, el alemán Torsten Brinkmann en un Heads-Up que duró menos de
media hora. “El Pagador” estalló de alegría y con él todos sus amigos y
compatriotas que lo observaban desde la tribuna consagrarse en el torneo más
importante de Europa. Se llevó €1.5 millones y un trofeo que muy pocos jugadores tienen en sus
vitrinas.
Al año
siguiente Latinoamérica se volvió a hacer presente en la Gran Final
del EPT de regreso a su sede habitual: Monte Carlo. El representante fue el
brasileño Rodrigo Caprioli, regular del circuito y de otros eventos en vivo
alrededor del mundo, que estaba apoyado por una enorme barra de amigos
verdeamarela.
Caprioli no pudo igualar lo hecho por Freitez pero obtuvo un más que meritorio
quinto puesto que le reportó €315.000 euros, el premio más grande de su carrera hasta ese
momento.
En la novena
temporada del EPT la presencia latina aumentó en la mayoría de los torneos
aunque faltó su presencia en las mesas finales. En Barcelona Germán
Dansker de Argentina finalizó en el puesto 27° y José Manuel Nadal de México integró las últimas dos
mesas en la etapa de Praga (puesto 16° - €37.096).
América Latina se ha convertido ya en una pieza irremplazable del EPT, y sólo es cuestión de tiempo para
que otro miembro de la armada levante el trofeo más prestigioso del póker en
Europa.
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